martes, 1 de diciembre de 2009

Capítulo IV. El nacimiento de la Tragedia

Lo apolíneo necesita de lo dionisíaco. Es una relación que recuerda a la filosofía oriental.Ya que una cosa no puede existir sin la otra, el ying-yang. Ademas Nietzshe, apunta que lo verdaderamente existente necesita a la vez esta lucha contradictoria y sufriente. A lo largo de este capítulo también desarrolla la idea de "el sueño como la apariencia de la apariencia". "El núcleo mas íntimo de la naturaleza siente ese placer indescriptible por el artista ingenuo y por la obra de arte ingenua, la cual es asimismo sólo apariencia de la apariencia." Recalca la idea de que "la apariencia es el reflejo de la contradicción eterna". Cabe señalar como vertebra esta discurso de confrontación entre un elemento (apolíneo) y otro (dionisíaco) como parte indisoluble del todo artístico.

"...El mantenimiento de los límites del individuo, la mesura en sentido helénico..." Se puede observar una leve alusión que caracteriza una carencia del héroe trágico, la falta de medida. La desmesura por la que se ve abocado a un destino fatal. Y cita como ejemplo a Prometeo y a Edipo:

Por causa de su amor tiránico a los hombres tuvo Prometeo que ser desgarrado por los buitres, en razón de su sabiduría desmesurada que adivinó el enigma de la Esfinge, tuvo Edipo que precipitarse en un desconcertante torbellido de atrocidades.

Lo titánico y lo bárbaro tienen una relación directa con lo dionisíaco, tanto es así, que se consideraban como producto de este. Vuelve a hacer hincapié en la necesidad de que estos conceptos convivan. "¡Y he aquí que Apolo no podía vivir sin Dioniso!". Del mismo modo que lo titánico y lo bárbaro.

En un mundo apolíneo, señala, "...irrumpió el extático sonido de la fiesta dionisíaca, con melodías mágicas cada vez mas seductoras... El nacimiento del ditirambo, la importancia del éxtasis musical como vaso comunicante de una verdad. "Un arte que en su embriaguez decía la verdad". Como es casi un elemento de ruptura ante la contemplación apolínea, que habla desde un plano mas intelectual y no tan visceral como es lo dionisíaco.

"...Obra de arte de la tragedia ática y del ditirambo como meta común de ambos instintos..." Termina recalcando la necesidad de la lucha de ambos instintos como detonador que hace posible el nacimiento de la tragedia.


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